Divorcio contencioso: cómo funciona

En España, el divorcio contencioso representa una vía legal para disolver el matrimonio cuando no existe un acuerdo mutuo entre las partes. Este proceso, a menudo más largo y emocionalmente desafiante que el divorcio de mutuo acuerdo, implica la intervención de un juez para tomar decisiones sobre aspectos clave como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia, el reparto de bienes y el régimen de visitas.

En este artículo, exploraremos en detalle cómo funciona un divorcio contencioso, desde la presentación de la demanda hasta la sentencia judicial, analizando cada etapa y los requisitos legales necesarios para llevarlo a cabo. Además, abordaremos los aspectos más conflictivos que suelen surgir en este tipo de procesos y las posibles estrategias para afrontarlos de la mejor manera posible. También, analizaremos la importancia de contar con un abogado especializado en derecho de familia para defender tus intereses y garantizar un resultado justo.

¿Qué es el divorcio contencioso?

El divorcio contencioso es el procedimiento legal que se inicia cuando los cónyuges no logran alcanzar un acuerdo sobre los términos de su divorcio. A diferencia del divorcio de mutuo acuerdo, donde ambas partes colaboran para establecer las condiciones de la separación, en el divorcio contencioso es un juez quien debe resolver las diferencias y tomar las decisiones pertinentes. Esto implica que el proceso suele ser más largo, costoso y emocionalmente agotador, ya que requiere la presentación de pruebas, la declaración de testigos y la intervención de abogados para defender los intereses de cada parte.

La principal característica del divorcio contencioso es la falta de consenso entre los cónyuges. Esta falta de acuerdo puede referirse a cualquier aspecto relevante del divorcio, como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, la compensación por desequilibrio económico o la liquidación del régimen económico matrimonial. Cuando no existe un acuerdo, es necesario acudir a la vía judicial para que un juez determine las condiciones del divorcio. Es importante destacar que el divorcio contencioso no implica necesariamente que exista una confrontación constante entre las partes, sino simplemente que no han podido llegar a un acuerdo por sí mismas. En muchos casos, el proceso puede llegar a un acuerdo durante su desarrollo, transformándose en un divorcio de mutuo acuerdo.

Causas del divorcio contencioso

Las causas que pueden llevar a un divorcio contencioso son variadas y dependen de cada situación particular. Sin embargo, algunas de las más comunes son: discrepancias sobre la custodia de los hijos y el régimen de visitas, desacuerdos sobre la pensión alimenticia para los hijos o para el cónyuge, diferencias en la valoración de los bienes gananciales y su reparto, y la negativa de una de las partes a conceder el divorcio.

Es importante tener en cuenta que, en España, no es necesario alegar una causa específica para solicitar el divorcio, tal como se establece en la Ley 15/2005. Basta con que uno de los cónyuges no desee continuar con el matrimonio para que pueda solicitar el divorcio. No obstante, la existencia de ciertas circunstancias, como la violencia de género, puede influir en las decisiones del juez en relación con la custodia de los hijos o la pensión alimenticia. En estos casos, es fundamental presentar pruebas que acrediten la situación de violencia para que el juez pueda tomar las medidas de protección necesarias. La falta de comunicación y la incapacidad para llegar a acuerdos también son factores determinantes en el inicio de un divorcio contencioso.

Fases del proceso de divorcio contencioso

El proceso de divorcio contencioso se desarrolla en varias fases, cada una con sus propias particularidades y requisitos. La primera fase es la presentación de la demanda de divorcio ante el juzgado competente. Esta demanda debe ir acompañada de una serie de documentos, como el certificado de matrimonio, el certificado de nacimiento de los hijos (si los hay), y una propuesta de convenio regulador en la que se establezcan las medidas que se solicitan al juez en relación con la custodia, la pensión alimenticia, el régimen de visitas y el reparto de bienes.

Una vez presentada la demanda, el juzgado la notifica al otro cónyuge, quien tiene un plazo de 20 días hábiles para presentar su contestación. En su contestación, el demandado puede oponerse a las pretensiones del demandante y formular sus propias peticiones. Tras la contestación a la demanda, se abre la fase de prueba, en la que las partes pueden proponer la práctica de diferentes pruebas, como la declaración de testigos, la presentación de documentos, la solicitud de informes periciales o el interrogatorio de las partes. Una vez practicadas las pruebas, el juez dicta sentencia, en la que resuelve sobre todos los aspectos controvertidos del divorcio. La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial.

Demanda de divorcio

La demanda de divorcio es el documento inicial que da comienzo al proceso de divorcio contencioso. En ella, el demandante debe exponer los motivos por los que solicita el divorcio y las medidas que propone para regular las consecuencias de la separación. Es fundamental que la demanda esté redactada de forma clara y precisa, y que se adjunten todos los documentos necesarios para acreditar los hechos alegados. La demanda debe ser presentada por un abogado y procurador, quienes representarán al demandante durante todo el proceso.

En la demanda, se deben incluir datos como la identificación de los cónyuges, la fecha y lugar de celebración del matrimonio, la existencia o no de hijos en común, y la propuesta de convenio regulador. En este convenio, se deben establecer las medidas relativas a la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, la compensación por desequilibrio económico (si procede) y la liquidación del régimen económico matrimonial. Es importante tener en cuenta que la propuesta de convenio regulador no es vinculante para el juez, quien tomará la decisión final teniendo en cuenta las pruebas presentadas y los intereses de todas las partes implicadas. La demanda se basa en el artículo 770 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Contestación a la demanda

Una vez que el demandado recibe la notificación de la demanda de divorcio, tiene un plazo de 20 días hábiles para presentar su contestación. En este escrito, el demandado puede oponerse a las pretensiones del demandante y formular sus propias peticiones. Es fundamental que la contestación a la demanda esté redactada de forma clara y precisa, y que se adjunten todos los documentos necesarios para acreditar los hechos alegados. Al igual que la demanda, la contestación debe ser presentada por un abogado y procurador.

En la contestación, el demandado puede allanarse a las pretensiones del demandante, es decir, aceptar las medidas propuestas en la demanda. En este caso, el juez dictará sentencia de acuerdo con lo solicitado por el demandante, siempre que no perjudique los intereses de los hijos. Si el demandado no está de acuerdo con las pretensiones del demandante, deberá oponerse a ellas y exponer sus propios argumentos. En este caso, se abrirá la fase de prueba, en la que las partes podrán proponer la práctica de diferentes pruebas para demostrar sus alegaciones. Es crucial presentar una contestación bien argumentada y con pruebas sólidas para defender los propios intereses.

Fase de prueba

La fase de prueba es una de las etapas más importantes del divorcio contencioso, ya que es en ella donde las partes pueden demostrar al juez los hechos en los que basan sus pretensiones. Durante esta fase, se pueden practicar diferentes tipos de pruebas, como la declaración de testigos, la presentación de documentos, la solicitud de informes periciales o el interrogatorio de las partes. La elección de las pruebas a practicar dependerá de las circunstancias de cada caso y de los hechos que se pretendan probar.

Es fundamental que las pruebas propuestas sean pertinentes, es decir, que tengan relación con el objeto del proceso, y que sean útiles para esclarecer los hechos controvertidos. El juez puede rechazar la práctica de pruebas que considere impertinentes o inútiles. Algunas de las pruebas más comunes en los procesos de divorcio son la declaración de familiares y amigos, los informes psicológicos de los hijos, los informes económicos de los cónyuges y los informes de detectives privados. Es importante contar con el asesoramiento de un abogado especializado para determinar qué pruebas son más adecuadas para cada caso y cómo deben ser presentadas ante el juez. El artículo 281 de la Ley de Enjuiciamiento Civil regula los medios de prueba.

Sentencia de divorcio

Una vez practicadas todas las pruebas, el juez dicta sentencia, en la que resuelve sobre todos los aspectos controvertidos del divorcio. La sentencia debe contener una serie de pronunciamientos obligatorios, como la disolución del matrimonio, la atribución de la guarda y custodia de los hijos (si los hay), el establecimiento del régimen de visitas, la fijación de la pensión alimenticia, la atribución del uso de la vivienda familiar y la liquidación del régimen económico matrimonial.

La sentencia debe estar motivada, es decir, que el juez debe explicar las razones por las que ha tomado cada una de las decisiones. La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial si alguna de las partes no está de acuerdo con la resolución. El plazo para recurrir es de 20 días hábiles desde la notificación de la sentencia. Es importante tener en cuenta que la sentencia de divorcio no pone fin al proceso, ya que, una vez firme, es necesario proceder a la ejecución de las medidas acordadas, como el pago de la pensión alimenticia o la liquidación del régimen económico matrimonial. La Ley de Enjuiciamiento Civil es el marco legal que regula la sentencia de divorcio.

Aspectos clave a tener en cuenta

En un divorcio contencioso, es fundamental tener en cuenta una serie de aspectos clave para afrontar el proceso de la mejor manera posible y defender los propios intereses. En primer lugar, es esencial contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de familia, quien podrá informar sobre los derechos y obligaciones de cada parte, y diseñar la estrategia legal más adecuada para cada caso. En segundo lugar, es importante recopilar toda la documentación relevante para el proceso, como el certificado de matrimonio, el certificado de nacimiento de los hijos, los documentos que acrediten los ingresos y gastos de cada cónyuge, y los documentos que acrediten la propiedad de los bienes gananciales.

En tercer lugar, es fundamental mantener la calma y evitar confrontaciones innecesarias con la otra parte. El divorcio contencioso es un proceso emocionalmente agotador, pero es importante mantener la objetividad y centrarse en los hechos. En cuarto lugar, es importante ser honesto y transparente con el abogado, proporcionándole toda la información relevante para el caso. En quinto lugar, es fundamental cumplir con las obligaciones impuestas por el juez, como el pago de la pensión alimenticia o el cumplimiento del régimen de visitas. El incumplimiento de estas obligaciones puede acarrear consecuencias legales. Finalmente, es recomendable buscar apoyo psicológico para afrontar el proceso de divorcio de la mejor manera posible.

Importancia del abogado

La figura del abogado es fundamental en un divorcio contencioso. El abogado es el encargado de asesorar al cliente sobre sus derechos y obligaciones, de redactar la demanda o la contestación a la demanda, de proponer la práctica de pruebas, de asistir a las vistas judiciales y de recurrir la sentencia si es necesario. El abogado debe ser un profesional especializado en derecho de familia, con experiencia en procesos de divorcio contencioso.

Es importante elegir un abogado con el que se sienta cómodo y con el que pueda establecer una relación de confianza. El abogado debe ser un buen comunicador, capaz de explicar de forma clara y sencilla los aspectos legales del proceso. También debe ser un buen negociador, capaz de llegar a acuerdos con la otra parte en beneficio de su cliente. El abogado debe ser un defensor de los intereses de su cliente, pero siempre actuando con ética y profesionalidad. Contar con un buen abogado puede marcar la diferencia en el resultado del proceso de divorcio. Elegir un abogado es un paso importante que no debe tomarse a la ligera.

Costes del divorcio contencioso

Los costes de un divorcio contencioso pueden variar considerablemente dependiendo de la complejidad del caso, de la duración del proceso y de los honorarios de los profesionales que intervienen. En general, los costes incluyen los honorarios del abogado y del procurador, las tasas judiciales (si las hay), los gastos de peritajes (si son necesarios) y los gastos de notificaciones.

Los honorarios del abogado y del procurador suelen ser los costes más importantes. Estos honorarios pueden ser fijos o variables, dependiendo del acuerdo alcanzado con el profesional. Es importante solicitar un presupuesto detallado antes de contratar los servicios de un abogado y un procurador. Las tasas judiciales son un importe que se debe pagar al Estado por la prestación del servicio de justicia. En algunos casos, se puede solicitar la asistencia jurídica gratuita si se cumplen determinados requisitos económicos. Los gastos de peritajes son los costes derivados de la contratación de peritos para que elaboren informes sobre aspectos relevantes del proceso, como la valoración de los bienes gananciales o la evaluación psicológica de los hijos. Es importante tener en cuenta todos estos costes al planificar un divorcio contencioso.

Alternativas al divorcio contencioso

Aunque el divorcio contencioso es una vía legal para disolver el matrimonio cuando no existe acuerdo entre las partes, existen otras alternativas que pueden ser más convenientes en determinados casos. Una de estas alternativas es la mediación familiar, un proceso en el que un mediador imparcial ayuda a los cónyuges a llegar a un acuerdo sobre los términos de su divorcio. La mediación puede ser una alternativa más rápida, económica y menos conflictiva que el divorcio contencioso.

Otra alternativa es el divorcio de mutuo acuerdo, que se puede solicitar cuando los cónyuges han logrado alcanzar un acuerdo sobre todos los aspectos relevantes del divorcio. El divorcio de mutuo acuerdo es un proceso más sencillo y rápido que el divorcio contencioso, ya que no requiere la intervención de un juez para resolver las diferencias entre las partes. Por último, también existe la posibilidad de solicitar la separación legal, que no disuelve el matrimonio pero permite a los cónyuges vivir separados y regular sus relaciones patrimoniales y personales. La separación legal puede ser una opción adecuada para aquellos cónyuges que no desean divorciarse por motivos religiosos o personales, pero que tampoco desean seguir viviendo juntos. Explorar estas alternativas puede ahorrar tiempo y dinero.

En resumen, el divorcio contencioso es un proceso legal complejo que se inicia cuando los cónyuges no logran llegar a un acuerdo sobre los términos de su divorcio. Este proceso implica la intervención de un juez para resolver las diferencias y tomar decisiones sobre aspectos clave como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia y el reparto de bienes.

A lo largo de este artículo, hemos analizado las diferentes fases del proceso, los aspectos clave a tener en cuenta y las alternativas al divorcio contencioso. Es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de familia para defender tus intereses y garantizar un resultado justo. Si estás considerando iniciar un proceso de divorcio contencioso, te recomendamos que busques asesoramiento legal lo antes posible. Contacta con un experto para analizar tu situación y encontrar la mejor solución para tu caso.


Glosario

Demanda de divorcio

Documento inicial que comienza el proceso de divorcio, exponiendo los motivos y medidas propuestas.

Convenio regulador

Propuesta que establece las medidas sobre custodia, pensión alimenticia y reparto de bienes.

Preguntas frecuentes