Cómo recurrir una multa de tráfico

Cuando nos ponen una multa de tráfico, es muy común que no queramos pagarla. Bien porque nos acusen de algo que sabemos que no ha ocurrido o porque la sanción nos parece injusta o desproporcionada.

Y es que a menudo que recibamos una multa no quiere decir, necesariamente, que hayamos infringido las normas.

Es muy común que la gente, ya sea por desconocimiento o por poder aprovechar el pronto pago, se limite a abonar las multas a los pocos días. No obstante, muchas multas se pueden recurrir con excelentes resultados; las probabilidades aumentan cuando el recurso se deja en manos de profesionales, como los abogados de Pyramid Consulting.

¿Por qué me han puesto una multa?

Algunas multas nos la pueden poner, incluso, sin saber que hemos hecho nada malo. Pero como el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, lo mejor es conocer bien la Ley de Tráfico y las normas de circulación. Conocer toda esta información será de vital de importancia para que nuestro recurso prospere y consigamos librarnos de la multa.

Algunas multas son, por tanto, evitables, mientras que otras casi no nos damos cuenta. Pequeños excesos de velocidad, exceso de tiempo con el mismo ticket de la ORA, aparcamiento en lugares prohibidos... son algunos ejemplos de multas que le pueden llegar a cualquiera.

Ya sea una multa justa o justa, todos tenemos derecho a presentar un recurso. Debemos tener en cuenta, eso sí, que los agentes del tráfico (no así los controladores del SER) tienen presunción de veracidad, por lo que su mera palabra ya cuenta como prueba. No obstante, en muchas ocasiones el proceso sancionador no se ha efectuado de forma correcta, haciendo que la sanción no sea válida.

¿Qué pone en la multa?

A la hora de recurrir una multa, lo primero es saber por qué nos multan. Esta información podremos encontrarla en la denuncia, donde veremos qué hemos hecho mal, según el Código de Circulación. Pero hay otros aspectos que debemos mirar con especial cuidado:

Pagar con reducción

Muchos ciudadanos caen en la tentación de abonar una multa con la reducción del 50%. No obstante, debemos saber que si abonamos esa cantidad, estaremos perdiendo la oportunidad de presentar un recurso. Por tanto, el expediente se dará por aceptado y cerrado.

Los plazos para recurrir una multa

Es importante tener claro que el plazo no empieza a contar hasta que recibimos la sanción o en mano, o por correo certificado o porque haya sido publicada en boletines oficiales. Si es por correo ordinario o nos encontramos la multa en el parabrisas del vehículo, no empezará a contar el plazo para recurrir o pagar con reducción.

Si hemos recibido la multa adecuadamente, comenzará a contar el plazo para interponer un recurso y formular alegaciones. Desde ese momento, empezarán a contar 20 días naturales. Antes de que finalice debemos haber presentado el recurso.

Faldón de recurso

La comunicación de cualquier sanción administrativa debe incluir obligatoriamente un faldón. En él, se informará de qué recursos se pueden interponer y en qué plazo. Si cuando recibimos la multa ésta no tiene ese faldón, la notificación será inválida, por lo que la Administración tendría que volver a mandarla. Eso sí, si en este proceso exceden el tiempo legalmente establecido, la multa quedará anulada.

Los plazos de la Administración

Como decíamos, cuando nos ponen una multa tenemos un plazo de 20 días para recurrirla. No obstante, debemos saber que no sólo los sancionados tienen unos plazos que cumplir, sino que la Administración también tiene los suyos.

Así, el organismo sancionador (la DGT, el Ayuntamiento...) tiene 3 meses para comunicar una infracción leve. En caso de ser graves, este plazo se ampliará hasta los 6 meses, y un año en el caso de las muy graves.

Una multa recibida fuera de plazo es inválida, por lo que ya no tendremos que pagarla.

La identificación del conductor

Cuando recibimos una multa en mano, la identidad del conductor es evidente. No pasa lo mismo cuando la recibimos por correo, puesto que otra persona podría haber estado conduciendo nuestro vehículo. Por eso, la Administración debe remitirnos una solicitud de identificación del conductor infractor. En caso de no recibirla, podríamos solicitar la nulidad de la sanción, ya que nos habrían atribuido la responsabilidad de forma arbitraria.

Un defecto de forma

Hay acciones que tendemos a pasar por alto y que pueden suponer la nulidad de una multa. Así, lo primero que debemos hacer es revisar que todos los datos son correctos. Si no apareciese adecuadamente nuestro nombre, apellido, la matrícula o el lugar de la infracción, la sanción sería nula.

Identificación del agente

Uno de los aspectos fundamentales que tiene que aparecer en una denuncia es la identificación del agente que la pone. Y es que uno de los primeros pasos a dar al recurrir una multa es solicitar el informe de ratificación del agente. Y es que en algunas ocasiones, debido a la lentitud y desorden de la Administración, puede hacer que el expediente se extravíe o llegue tarde. En ese caso, la multa quedaría anulada.

¿Es complicado recurrir una multa?

Si bien el procedimiento no es complicado, sí lo es hacerlo correctamente. Para ello, es importante tener una serie de conocimientos legales, que harán que el recurso sea más efectivo. Además, en caso de llegar a juicio por lo contencioso- administrativo, necesitaremos obligatoriamente un abogado.

Por eso, en Pyramid Consulting contamos con un equipo de abogados especialistas en la materia. Llevamos más de 25 años prestando asesoramiento legal y recurriendo multas de tráfico. Garantizando a través de su equipo de expertos y profesionales una defensa completa y justa.

 

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