Reforma de la Negociación Colectiva de 2011

El Real Decreto-ley 7/2011 se creó en un contexto de crisis económica para reformar la negociación colectiva, buscando flexibilizar las relaciones laborales y mejorar la competitividad de las empresas. Pretendía adaptar los convenios colectivos a la realidad económica y facilitar la adaptación de las empresas a los cambios.

  • Prioridad de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales en determinadas materias.
  • Facilidades para la modificación de las condiciones de trabajo en las empresas.
  • Mayor flexibilidad en la movilidad geográfica y funcional de los trabajadores.
  • Regulación de los acuerdos de descuelgue de los convenios colectivos.

Esta reforma afectó a la capacidad de los trabajadores para negociar sus condiciones laborales, dando más poder a las empresas para modificar salarios, horarios y funciones. También influyó en la estabilidad del empleo y en la capacidad de los sindicatos para defender los derechos de los trabajadores.

Antes de esta reforma, los convenios sectoriales tenían mayor peso, y las empresas tenían menos margen para modificar las condiciones de trabajo de sus empleados. La negociación colectiva era más rígida, lo que se consideraba un obstáculo para la adaptación de las empresas a los cambios económicos.

La reforma fue muy controvertida, generando fuertes críticas por parte de los sindicatos, que la consideraron un ataque a los derechos de los trabajadores y una herramienta para precarizar el empleo. Los empresarios, por su parte, defendieron la reforma como necesaria para mejorar la competitividad y crear empleo.