Ley Rider
La Ley Rider surge para proteger los derechos laborales de los repartidores que trabajan para plataformas digitales como Glovo, Deliveroo o Uber Eats. Busca garantizar que estos trabajadores tengan condiciones de trabajo justas y se reconozcan sus derechos.
- Obliga a las plataformas digitales a informar a los repartidores sobre los algoritmos que utilizan para asignar los pedidos y evaluar su trabajo.
- Presume la laboralidad de los repartidores, es decir, se considera que son empleados de la plataforma a menos que se demuestre lo contrario.
- Establece que los repartidores tienen derecho a la protección social, incluyendo el acceso a la Seguridad Social y las prestaciones correspondientes.
- Garantiza el derecho a la negociación colectiva, permitiendo a los repartidores organizarse y negociar sus condiciones de trabajo.
La Ley Rider afecta a los repartidores al mejorar sus condiciones laborales y garantizar sus derechos. También impacta a las plataformas digitales, que deben ser más transparentes y cumplir con las obligaciones laborales. Los consumidores pueden verse afectados indirectamente, ya que las plataformas podrían ajustar sus precios o servicios para cubrir los costos adicionales.
Antes de la Ley Rider, muchos repartidores eran considerados autónomos, lo que les dejaba sin protección laboral y social. Las plataformas digitales no estaban obligadas a informar sobre sus algoritmos ni a garantizar los derechos de los repartidores.
Algunas plataformas digitales han criticado la Ley Rider, argumentando que dificulta su modelo de negocio y reduce la flexibilidad de los repartidores. También hay debate sobre cómo se aplica la presunción de laboralidad y si realmente mejora las condiciones de trabajo de los repartidores.